Desde antes de las elecciones, ya en
campaña electoral, una de las posibles medidas que ha sido objeto de
mucha controversia ha sido la hipotética bajada de sueldo a los
funcionarios.
Cuando se criticaba la improvisación
por parte del Gobierno de Zapatero a la hora de adoptar medidas
económicas, una de las más importantes críticas es que dicha
improvisación provocaban un panorama incierto que impedía tomar
decisiones inversoras.
Si la existencia de un panorama
incierto puede afectar a la decisión de invertir igualmente dicho
futuro incierto afecta a la decisión de consumir y esto es lo que
está sucediendo con el conjunto de trabajadores de la Administración
Pública, sea funcionario o laboral y la no definición de su postura por parte del PP.
Los funcionarios tienen miedo, tienen
miedo por lo que pueda venir y no conocen y ante el miedo no
consumen.
En un
momento económico donde lo último que debería de hacer el Gobierno
es retraer el consumo, desde hace meses la multitud de rumores sobre
la posible bajada de sueldo de funcionarios, con desmentidos y
desmentidos de los desmentidos, cambios de posturas y continuas
referencias en los medios de comunicación crean una atmósfera en la
que el funcionario tiene miedo a consumir porque no sabe que pasará
en el futuro con su salario.
Hoy
mismo hemos tenido un ejemplo, primero una noticia en El Levante,
periódico valenciano, de una bajada de sueldo del 10% a los
funcionarios y después un desmentido en El Economista.
La
noticia tiene todo el olor de globo sonda, preparando para una futura
bajada de menor calado pretendiendo que además de que le bajan el
sueldo el funcionario se sienta aliviado porque “No ha sido para
tanto...”.
El PP
no desmiente la noticia, o mejor, como ocurrió con Gonzalez Pons, la
desmiente pero posteriormente afirma que sólo se garantizan la no
bajada de las pensiones. Todo ello lleva a que el funcionario congele
su consumo incluso por encima de la hipotética bajada de sueldo. Es
decir, a lo mejor al final le bajan un 2% el sueldo pero el ha
reducido su consumo en un 15% por lo que pueda pasar. El
daño para la economía de todo este juego es demoledor.
Sólo comentar,
como ya mencioné en un artículo anterior, que lo que es una
vergüenza es que se plantee continuamente reducir el sueldo a los
funcionarios, meros trabajadores, en su mayoría con sueldos
inferiores a 1.300 euros netos al mes mientras que se descarta
rápidamente el mantener el Impuesto sobre el Patrimonio o subir los
tramos del IRPF